Tres días de protestas contra las reformas al Seguro Social de Nicaragua han dejado un saldo de tres fallecidos, decenas de heridos y un gobierno que reprime en la calle y censura a los medios de comunicación. Empresarios, defensores de derechos humanos y la embajadora de Estados Unidos piden calma al gobierno de Ortega.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, enfrenta esta semana las protestas más fuertes en sus 11 años de gobierno, que han dejado como resultado tres muertos hasta este viernes 20 y decenas de heridos en las manifestaciones desatadas contra un paquete de reformas al seguro social.
Las manifestaciones continuaban en la jornada por tercer día con marchas y barricadas en algunos puntos de la capital y en ciudades aledañas, como Ticuantepe, donde fuerzas antimotines reprimieron una protesta.
"Estamos en contra de estas reformas, que entienda este gobierno que está tocando el bolsillo de los nicaragüenses y jugando con el hambre de la gente", exclamó indignado Juan Bautista, quien acusó a los efectivos antimotines de atacarlos brutalmente porque "al dictador no le gusta que la gente se manifieste".
"El pueblo está cansado de esta represión", gritaba de cerca una mujer.
Tres días de violencia y represión
Desde el miércoles 18, cientos de manifestantes, entre universitarios, jubilados y vecinos se han enfrentado a fuerzas antimotines y miembros de las juventudes sandinistas en las calles de la capital y otras ciudades en repudio a una reforma al sistema de pensiones.
El viernes 20, Confidencial reportó que en los enfrentamientos de la noche del jueves 19 se confirmaron tres fallecidos. Una de las víctimas es el subinspector Jilton Rafael Manzanares, de 33 años. La Policía informó al portal oficial de noticias que Manzanares "fue asesinado con una escopeta" durante los disturbios ocurridos en el sector de la Universidad Politécnica (Upoli), en la capital.
En ese mismo sector falleció el joven Darwin Urbina, y en Tipitapa falleció Richard Edmundo Pavón Bermúdez, un estudiante de secundaria.
El mismo portal oficial señaló que Pavón, de 17 años, pereció a "a consecuencia de impactos de bala por grupos" que pretendían atacar la alcaldía de la ciudad de Tipitapa, aledaña a la capital.
El viernes 20, estudiantes de la Universidad Politécnica (Upoli) se mantuvieron recluidos en la institución debido a la persecución policial registrada desde la noche del jueves 19, mientras que otros se refugiaron en edificios o residencias cercanas.
En Las Colinas, al sur de la capital, manifestantes levantaron pequeñas barricadas y con las manos en alto pidieron a los antimotines que no los reprimieran.
Cuatro medios televisivos independientes fueron bloqueados el jueves cuando transmitían las manifestaciones y este viernes dos de ellos continuaban fuera del aire.
Pobladores de algunos barrios de clase media de Managua hicieron sonar sus cacerolas la noche del jueves en rechazo a las reformas impulsadas por el gobierno.
La líder de los campesinos que se oponen al proyecto de canal interoceánico, Francisca Ramírez, anunció que apoyarán las protestas populares, mientras el gobierno preparaba la movilización de sus partidarios para la tarde del viernes.
"Hacemos un llamamiento a las autoridades nicaragüenses para que actúen para evitar nuevos ataques contra manifestantes", demandó en una nota la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz Throssell.
Censura a medios
El gobierno ordenó cerrar cuatro canales de televisión, de los cuales dos -el 15 y el 23- seguían sin señal la noche del jueves por haber trasmitido temprano las protestas.
"El gobierno ha ordenado a las empresas de cable sacar del aire la señal", dijo el director de canal 15, Miguel Moral, denunciando "una clara violación al derecho a la libertad de prensa".
Mora acusó a Ortega de aplicar la misma censura que impuso en los años 80 durante la Revolución Sandinista.
Cuando Ortega regresó al poder en 2007 prometió que "jamás volvería a censurar a un medio de comunicación y hoy lo está haciendo", dijo Mora al canal 14.
La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham) pidió que los medios "suspendidos puedan reiniciar sus labores de forma inmediata".
"Llamamos a la calma y que las fuerzas del orden respeten a los medios de comunicación y los derechos de los manifestantes", reclamó la embajadora estadounidense, Laura Dogu, en Twitter.
La organización de escritores y periodistas afiliados a PEN Nicaragua denunció que al menos 11 periodistas fueron agredidos y algunos despojados de sus medios de trabajo por la policía y grupos oficialistas cuando cubrían las manifestaciones.
El colectivo demandó la reapertura de "los medios de comunicación independientes" cerrados.
"Los ataques contra personas que se manifestaban pacíficamente y los periodistas que cubrían la protesta, representan un intento flagrante e inquietante de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión", advirtió por su lado la directora para América de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas.
El gobierno descalifica
La vicepresidenta Rosario Murillo dijo que las protestas son dirigidas por grupos "minúsculos", a los que tildó de "almas pequeñas, tóxicas, llenas de odio".
"Parecen vampiros reclamando sangre para nutrir su agenda política", dijo Murillo.
"Estas circunstancias dolorosas tan manipuladas, esa corrupción de pensamientos e intenciones, estos corazones enfermos, cargados de odio y pervertidos, no pueden sembrar el caos y negar a todos los nicaragüenses la tranquilidad que gracias a Dios tenemos", agregó.
Las protestas iniciaron el miércoles cuando al menos 18 personas, entre ellos periodistas, fueron agredidas.
El Obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez, llamó al presidente Ortega a detener "la violencia y la represión". "¡No pongan en peligro la paz del país!", publicó en Twitter.
El gremio empresarial por su parte pidió al gobierno a dialogar para resolver el conflicto.
Los cambios al sistema de pensiones fueron recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de darle sostenibilidad al Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS).
Aunque el gobierno mantuvo intacta la edad de jubilación y el número de cotizaciones para pensionarse, los aumentos en las contribuciones han sido rechazados por empresarios, sindicatos opositores y parte de la sociedad civil.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social advirtió que la reforma provocará "despidos y más desempleo".
Reacción inesperada
Las manifestaciones tomaron por sorpresa al gobierno, que había logrado hasta ahora disuadir las protestas mediante la influencia que su partido ejerce sobre el aparato público y militar.
"Es una protesta que nació de las bases, no hay un movimiento, ni partido político" que la dirija, y "creo que agarró al gobierno fuera de base, no esperaban esta reacción", explicó a la AFP el sociólogo, economista y analista político independiente Oscar René Vargas.
"Es una protesta nacional porque las reformas al seguro de pensiones afectaran directamente a un millón de nicaragüenses y a otros dos millones de manera indirecta", agregó.
Según analistas, la población ha soportado en silencio el encarecimiento de la vida por las constantes alzas de los combustibles, de las tarifas de luz, despidos en el sector público y reducción de beneficios sociales a raíz de la caída de la cooperación venezolana.
La gente también ha expresado inconformidad con la respuesta oficial al reciente incendio en la reserva forestal Indio Maíz y con las irregularidades en los procesos electorales, que según la oposición han sido amañados para favorecer al oficialismo.
Una nota de El Faro.net